Cuando el frío metálico de la madrugada
atravesó su espalda
y se descubrió desnudo
y tendido sobre el asfalto de la ciudad,
se levantó lentamente y,
antes de volver a casa,
recogió en preciosos y delicados ramos
la hierba y las flores que la lluvia había dejando en las aceras.
recogió en preciosos y delicados ramos
la hierba y las flores que la lluvia había dejando en las aceras.