domingo, 11 de agosto de 2013

Vivir en Atocha

Como sería vivir en Atocha
degustando los trenes que me llevan
y me alejan mil veces de Madrid.
Y dormir a solas, entre vagones
oliendo a noches de vacío o calor
pintando vías con sabor a carne
naciendo de frío cada verano
y sin nostalgia entre los raíles.
Lejos, lejos de todas las casas
sin camas ni manzanas ni relojes
quitándole camisas a la suerte
y muriendo un poco en cada rincón
eléctrico, sucio y mal pagado.
Lejos de las cosas, aquí en Madrid
donde ya nada me es raro y ajeno
y todas las farolas aún me miran,
sería mi refugio del pasado
esta estación que me acompaña hoy.